Avísame cuando hayas madurado, porque estaré esperandote. Cuando tus rabietas de niño pequeño se hayan calmado, y tu egocentrismo, que crees que te da derecho ha hacer todo cuándo quieras y cómo quieras, haya desaparecido. Avísame cuando en tu mundo haya sitio para alguien más que no seas tú, y cuando tu corazón se abra antes que tu boca. Personalmente creo que ya eres bastante mayorcito como para empezar a crecer, pero supongo que, una vez más, las apariencias engañan.